Se posicionó como el barrio “estrella” de la ciudad por su exponencial crecimiento en las últimas décadas con propuestas inmobiliarias, gastronómicas, de moda, diseño y arte, junto con los espacios verdes más atractivos.
Uno de los más residenciales y pintorescos de la ciudad, con históricas casonas señoriales del siglo XIX que conviven con modernos y sofisticados edificios. En un entorno con amplia oferta comercial, gastronómica y educativa.
Torres de categoría y vanguardia, hoteles de lujo, los mejores restaurantes y una vista al río única hacen de este barrio uno de los más deseados de la ciudad, ya sea para vivir, trabajar o pasear.
Un emblema del barrio sofisticado, elegante y residencial: la París argentina. Con museos, espacios culturales, universidad, biblioteca y embajadas en edificios de gran arquitectura, edificaciones de estilo francés y espacios verdes.
Una ubicación excepcional en un barrio que se va modernizando y poniendo en valor a través de la estación terminal de trenes, el nuevo paseo del bajo y los emprendimientos inmobiliarios con vista al río.
Su particular y apacible fisionomía se caracteriza por edificios de gran tamaño con departamentos y una alta actividad comercial que lo convierten en un atractivo inmobiliario importante con gran crecimiento poblacional.
Un barrio que supo encontrar su propia identidad y hoy es de los más elegidos por familias jóvenes por el estilo de su propuesta inmobiliaria, su arboleda, su cercanía con Palermo y su movimiento cultural y gastronómico.
Uno de los más pequeños de la ciudad pero muy poderoso para ofrecer viviendas con espacios abiertos y grandes dimensiones, con calles arboladas y un carácter residencial que prevalece en el tiempo.
Un barrio en el límite norte de la ciudad que crece en oferta inmobiliaria y gastronómica. Con un mix de calles tranquilas y zonas de mayor tráfico, sus espacios verdes son de los de mayor extensión.
Ecléctico y versátil, con zonas más apacibles y residenciales y otras más comerciales y transitadas, este barrio mantiene sus rincones clásicos y se actualiza con nuevas edificaciones, gastronomía y ofertas culturales.
Uno de los barrios más residenciales, se caracteriza por su gran oferta de comercios, entretenimiento y gastronomía con la ventaja de conectar rápidamente con toda la ciudad y contar con numerosos espacios verdes.
Es uno de los barrios con más verde en la ciudad por el parque que le da su nombre. Se identifica con calles más que avenidas, casas bajas y cierto aire art-decó con pequeñas zonas de estilos diversos y bien segmentadas.
El barrio laberíntico de la ciudad que solo quienes lo conocen bien saben entrar y salir de este oasis de calma, silencio y árboles ofrece tranquilidad a pocos minutos de avenidas comerciales y transportes.
Con un carácter residencial y tranquilo, el arte, la cultura, el tango y el deporte son emblemas de este barrio que mantiene sus tradiciones y arquitectura de casas bajas conviviendo con nuevas construcciones.
Casas y edificios bajos, tranquilidad y mucho verde en un barrio que ofrece muy buena conectividad con el resto de la ciudad y la salida a la provincia de Buenos Aires.
Un barrio tradicional que se vio desafiado a modernizarse, crecer y expandirse en los últimos años con la llegada de empresas, edificios gubernamentales, subte y la activación del comercio y la gastronomía.
Uno de los barrios más tradicionales de la ciudad, relacionado con el tango y los típicos cafés porteños, que hoy le abre sus puertas al teatro off con una amplia oferta cultura y al mix entre lo barrial y lo cosmopolita.
Su crecimiento en oferta inmobiliaria, locales comerciales, gastronómicos y culturales ha sido sostenido y constante en los últimos años convirtiéndolo en una cosmopolita extensión de su vecino Palermo.
Más conocido como “el Once” es uno de los barrios más comerciales y con mayor movimiento. Cuenta con joyas arquitectónicas e infinidad de conexiones vía tren, subte y colectivos para llegar a todos los puntos de la ciudad.
El barrio más al sur de la ciudad presenta una arquitectura histórica que convive con construcciones modernas en ex fábricas recicladas y la facilidad de estar a pocos minutos del centro.
Tango, fútbol, gastronomía y arte se reúnen en este barrio pintoresco que ofrece una arquitectura de identidad propia con murales de Quinquela Martin y otros artistas rioplatenses en sus calles.
Uno de los barrios del sur de la ciudad con más movimiento y circulación por su estación central de trenes, más de treinta líneas de colectivo, subtes, autopista y sedes universitarias.
Un barrio con una propuesta arquitectónica diversa, facilidades en la conexión con la ciudad y el conurbano, y una amplia cantidad y variedad de oferta educativa. Es el núcleo social y comercial del oeste porteño.
Un barrio de casas bajas con muy pocos edificios altos y calles cuyos cruces forman diagonales que ofrecen una buena perspectiva arquitectónica y visual. Empedrado, árboles y quietud lo caracterizan.
Es uno de los centros de transbordo de pasajeros más importantes de la ciudad lo que implica un gran movimiento de gente y oferta comercial, que conviven con un barrio tradicional y familiar.
Uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad que mantiene las tradiciones porteñas y campestres, ligado a la industria de la carne. Su feria es uno de los mayores atractivos para vecinos de la ciudad y turistas.
Aquí se fundó la ciudad de Buenos Aires y se encuentran los íconos del casco histórico y espacios más importantes de la historia nacional, con una intensa actividad diurna y quietud nocturna.
Un barrio de la ciudad donde todavía el ritual de la siesta es sagrado y los locales comerciales cierran al mediodía. Su pulso slow se refleja en sus pasajes históricos y las plazas arboladas.
Más conocido como Pompeya, se caracteriza por casas de una planta, unifamiliares, y tiene en el puente Alsina una obra neocolonial de alto impacto que lo conecta con el sur del conurbano. Fue barrio de obreros y tangueros.
Un gran pulmón verde, calles anchas, poco tránsito, casas bajas y edificaciones de principios de siglo XX identifican a este barrio que ofrece alejarse del movimiento y velocidad de la urbe para vivir con otro ritmo.
Un barrio típico porteño, con estadio de fútbol, impronta residencial, comercios y espacios verdes y la cercanía a otros barrios que se mimetizan como una continuidad de su propia identidad.
De calles tranquilas y ambiente familiar, es un barrio que ofrece la posibilidad de reciclar casas antiguas o invertir en nuevos edificios. Allí se mantienen costumbres y tradiciones, con vecinos de toda la vida.
El agite financiero y laboral de día; el agite de bares, restaurantes, teatros, centros culturales y turistas de noche. Un barrio siempre en movimiento con una mezcla de estilos arquitectónicos y construcciones icónicas.
Un barrio pequeño pero muy potente, con un latido propio y muy porteño: calles empedradas, bares, arte, diseño, caserones antiguos, propuestas que perduran en el tiempo y se convirtieron en clásicos.
Su espíritu de barrio típico prevalece con sus casas bajas o edificios de dos pisos rodeados de comercios como almacenes para las compras cotidianas. Permite rápidas y fáciles conexiones a través de sus avenidas y del tren.
Un barrio con identidad propia, locación de famosas películas argentinas y corazón porteño que late con los partidos de fútbol o los recitales de grandes artistas los fines de semana desde el estadio Vélez Sarsfield.
Un barrio tranquilo con un importante polo comercial y conexiones a través de colectivos y tren. Fue cuna del escritor Julio Cortázar y tiene muy cerca el enorme pulmón verde de la Agronomía.
En la antigüedad había lujosas quintas y caserones que marcaron esa herencia en las casas actuales que saben convivir con los edificios modernos. Su gran cantidad y variedad de árboles es un rasgo particular.
Sus calles cuentan sobre su historia y sus vecinos famosos, como el club donde debutó Diego Maradona, el monumento en homenaje a Pappo, un mural copia del Guernica de Picasso y el café La Humedad que le da nombre al tango.
El fundador de este barrio fue un suizo enamorado de su paisaje porque le hacía acordar a Lugano, en su país natal. Con el tiempo el barrio alojó grandes extensiones de complejos habitacionales y mantuvo enormes espacios verdes.
Se caracteriza por ser meramente residencial con mayoría de casas y en menor medida edificios nuevos, conserva su antiguo mercado y la casa más añosa con su fachada original que refuerzan su identidad vecinal.
Uno de los barrios menos poblados de la ciudad y con menos espacios verdes pero a pocas cuadras de su límite está uno de los pulmones más grandes que funciona como área de recreación y esparcimiento.
Se trata de un barrio de casas bajas y tranquilidad que tiene la fama de ser el de menor nivel de contaminación sonora y contar con la manzana más pequeña de Buenos Aires donde solo hay construida una propiedad.
Es uno de los 48 barrios de la ciudad de Buenos Aires y, luego de San Telmo, es el segundo de los más pequeños y el tercero de los menos poblados. Aun con su pequeñez alberga tres plazas y dos clubes.
Sus inicios de casas bajas ya le han dado paso a la proliferación de edificios torre que fueron modificando su paisaje de calles tranquilas y diversos espacios verdes.
Inmortalizado por Jorge Luis Borges en su cuento El hombre de la esquina rosada, este barrio tiene “doble personalidad” en sus calles con el tráfíco y alto movimiento de día y el perfil bajo al atardecer.
Los proyectos urbano-arquitectónicos de viviendas sociales son la característica de este barrio obrero que es uno de los más grandes en dimensión y con mayor cantidad de espacios verdes.
Un barrio que renació en los últimos años con el boom inmobiliario de los nuevos emprendimientos de viviendas y locales comerciales que se instalaron, la llegada del subte y la revalorización de las propiedades.